Las interjecciones son palabras que sirven para expresar sentimientos, apelar a la otra persona, mostrar sorpresa, etc. Su carga semántica es tan alta, que se pueden considerar (y así lo hacen algunos gramáticos) oraciones en sí mismas. A continuación te muestro algunos ejemplos de interjecciones con los cuales te quedará mucho más claro el concepto.
Ejemplos de interjecciones en el castellano
El castellano tiene una gran cantidad de interjecciones. Además, hay que señalar que las interjecciones son una de las partes del lenguaje más vivas, muriendo y naciendo nuevas cada poco tiempo. Aquí te muestro algunos ejemplos de interjecciones:
* “¿eh?”: El “¿eh?” sirve para expresar dudas de haber entendido lo que se ha escuchado, por lo que sirve para que el interlocutor repita lo que te ha dicho. También se utiliza habitualmente en los discursos, para que el que habla se asegure de que los demás están entendiendo lo que dice.
* “¡ojalá!”: Expresa deseo. Hay que señalar, no obstante, que en muchas ocasiones se utiliza en una oración, y no por sí sola. Sin embargo, también puede utilizarse sola como respuesta al deseo de alguien, al que uno quiere sumarse.
* “¡puaj!”: Implica asco. Se trata de una interjección que sirve para señalar que algo no te agrada.
Como puedes observar, de no contar con estas interjecciones (y tantas otras), habría que sustituir lo que significan y representan por una oración, tal que se dijera: “¿Me lo puedes repetir?”, “Deseo que eso ocurra”, o “Me da asco” en lugar de “¿eh?”, “¡ojalá!” o “¡puaj!”.
Espero que estos ejemplos de interjecciones te hayan servido para comprender un poco mejor qué son y para qué se usan, ya que son una parte muy importante de nuestro idioma y conviene tener claro de dónde vienen y por qué se utilizan.